El Congreso de los Estados Unidos aprobó la llamada Ley Laken Riley, en memoria de la joven estudiante de enfermería asesinada por un inmigrante venezolano, para detener y deportar a aquellos extranjeros ilegales acusados de delitos no violentos. Falta solo que Trump la promulgue.
La Cámara de Representantes aprobó la ley que ya había pasado por el Senado y ahora solo falta que el nuevo presidente Donald Trump la firme y promulgue para que se vuelva una realidad.
Aumenta detenciones de migrantes y deportaciones.
La nueva legislación ordena que las autoridades migratorias (como ICE o CBP) detengan a aquellos extranjeros indocumentados que cometan robos y otros delitos no violentos.
También por daño físico o por agredir a un policía pueden ser detenidos para una posible deportación.
Asimismo, cuando sean declarados culpables ante el juez, deberán ser deportados de vuelta a su país.
La ley establece otros puntos, como el hecho de que los fiscales generales de los estados puedan intervenir en decisiones de política migratoria que le compete al Gobierno Federal, para expulsar aquellos migrantes responsables de delitos.
Además, podrá el Departamento de Estado no conceder visas a los ciudadanos que provengan de países que no aceptan recibir deportados por Estados Unidos.
Laken Riley.
La ley lleva el nombre de Laken Riley, estudiante de enfermería en la Universidad de Georgia, quien fue asesinada por el venezolano José Antonio Ibarra, de 26 años de edad.
El sujeto mató a golpes a Laken cuando ella hacía ejercicio en un parque y se resistió a un intento de abuso. Fue encontrado culpable y sentenciado a cadena perpetua.
Ibarra era un venezolano que ingresó ilegalmente a Estados Unidos desde Ciudad Juárez (Chihuahua) a El Paso (Texas) en septiembre del 2022.
Fue detenido por las autoridades migratorias pero lo liberaron mientras una corte analizaba su caso para concederle o no la estancia legal.
De hecho Ibarra tenía dos cargos de delitos menores pendientes, uno donde incluso había robado productos de un supermercado.
Los legisladores republicanos que impulsaron esta ley argumentaron que si hubiera sido detenido y expulsado por los delitos no violentos, hubieran evitado que le quitara la vida a Laken Riley.
Aunque los opositores polemizaron la ley, finalmente recibieron el apoyo incluso de algunos demócratas.
Ahora la ley estará en el escritorio de Trump para que pueda ser aplicada, lo que viene a reforzar su intención de llevar a cabo la deportación masiva más grande que haya tenido EE.UU.
