Luego del escándalo político que se armó en las mas altas cúpulas legislativas del poder entre los morenistas Ricardo Monreal y Adán Augusto López, uno líder de los diputados y otro líder de los senadores, tuvo que intervenir la secretaria de gobernación Rosa Icela Rodríguez, quien por instrucciones de la presidenta Claudia Sheimbaum, los llamó al orden y que ya se olvidaran de estar peleándose públicamente.
Es significativo que la misma presidenta haya ventilado públicamente el asunto en su “mañanera del pueblo” y los haya prácticamente regañado y decirles que se comporten como niños educados.
Por lo pronto, es necesario, por el bien de su propio partido en el poder que den a conocer a la ciudadanía si se va a no a actuar en consecuencia y que se aclaren los señalamientos que hizo Adán Augusto sobre supuestos malos manejos de aproximadamente 150 millones de pesos cuando Ricardo era el líder del senado, a través de dos cuentas, una por 60 millones por concepto de “manejo y archivo” de los documentos del senado y otro por 90 millones pagados a una empresa para que instalara elevadores, cosa que supuestamente no se hizo.
Obviamente Ricardo niega todo, incluso el hecho de haber reducido en mas de 100 millones de pesos el presupuesto del senado para el 2025, que es el origen del berrinche del tabasqueño.
Por otro lado, también se ha ventilado en algunos medios que Adán Augusto a través de terceros habría hecho un “negocito por mas de mil millones de pesos “para dotar de uniformes y equipo táctico a la SEDENA, implementos adquiridos en un país asiático a muy bajo costo y revendidos con un precio muy inflado.
Se sabe que de la reunión sostenida con la secretaria de gobernación Risa Icela, se obtendrían acuerdos de fumar la pipa de la paz, de darse un abrazo y palmaditas en sus espaldas y hacer como si nada hubiera pasado.
Ya se sabrá todo lo que viene en este show legislativo, que no debe quedar en el olvido, el 2025 no promete cosas buenas para ambos, que deberán tener la cara muy dura y un caparazón enorme para aguantar todo lo que se les viene encima.