El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló detalles sobre sus planes para después de concluir su mandato, aclarando, entre otras cosas, que no posee un rancho, sino una finca.
López Obrador, en un tono reflexivo y sereno, comentó, “entregó la banda y me voy, y decirle a la gente de nuevo, si me quieren, ya… porque voy a iniciar una etapa nueva en mi vida. Lo primero es arrodillarme para agradecer al pueblo y al creador, el tiempo que yo aguante, y ya, empezar una rutina, ya la tengo concebida”.
El presidente explicó que su propiedad, heredada de sus padres, es una quinta de una hectárea y media, equivalentes a 15 mil metros cuadrados. “No tengo rancho, porque un rancho son muchas hectáreas, no, tengo una quinta”, precisó López Obrador.
Describió su rutina diaria en la finca, en donde dijo que “el perímetro son 450 metros y tengo un sendero a la orilla, con un puentecito de madera que hice y camino 12 vueltas, 5 kilómetros”. Además, detalló cómo utiliza un sistema de fichas para contar las vueltas, recordando con nostalgia cómo se medía en el billar: “Cada vez que termino una vuelta le hago uno y dos, porque voy pensando en cosas”.
López Obrador enfatizó la importancia de realizar estas actividades temprano debido al calor, “tiene que ser temprano por el calor y suda uno y hace ejercicio y al baño y luego a desayunar y a escribir”.
Compartió que su rutina de escritura se divide en bloques de dos horas. “Aguanto dos horas escribiendo, me paro, camino cuatro corredores, me tomo un café y me vuelvo a sentar otras dos horas”. Posteriormente, llega la hora de la comida y una breve siesta, que considera muy saludable: “Después de la comida en la hamaca, una hora y después un baño y de nuevo dos horas y otras dos horas”.
Finalmente, López Obrador mencionó que sus días concluyen con un momento de tranquilidad, disfrutando de los sonidos de la naturaleza.”Ya llega la tarde noche y escuchar los ruidos de la naturaleza”.